En nuestro mundo occidental hay -en muchas personas- una gran necesidad de recuperar el espíritu y elevarse hacia las cumbres de la vida, para mirar desde otra perspectiva los acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor y en nuestra propia realidad.
Esta necesidad se hace más difícil de satisfacer cuanto más atrapados nos sentimos por el materialismo que nos rodea y la deshumanización y pérdida de valores de una civilización occidental que pretende ser ejemplar para otros grupos humanos, culturas y naciones cuando ella misma, sin embargo, se ha dejado corromper y violar encanalladamente por la praxis inmoral de empresas transnacionales, instituciones financieras y políticos-marionetas y serviles que han convertido nuestro mundo en un campo de batalla disfrazado de serio y “digno” carnaval, donde los sobrantes son eliminados sin ningún rubor mientras que los solidarios, que intentan ayudar a las víctimas, son criminalizados y perseguidos por dichas instituciones carnavalescas y sus disfrazadas, ridículas y obscenas autoridades.
Si todavía te queda un resto de humanidad y una semilla de indignación y rebeldía contra semejante disparate y quieres compartir con nosotros tus deseos de entregar tu vida para hacer un mundo más humano, tal vez te interese AIRE PURO.
AIRE PURO es lo que se respira cuando uno se eleva hacia las cumbres y contempla este mundo desde otra perspectiva.
Esta separación temporal de nuestra vida cotidiana es, sobre todo oportuna y hasta necesaria, en tiempos de crisis o bien cuando necesitamos tomar decisiones que pueden cambiar el rumbo de nuestra vida. Desde nuestra sencilla experiencia ofrecemos un acompañamiento confidencial y respetuoso y un asesoramiento personalizado para convertir las crisis en oportunidades y ayudar en la toma de decisiones delicadas.
Desde nuestra Asociación Camino de Fe y Esperanza ofrecemos la posibilidad de vivir unos días en nuestra casa de acogida en Lloreda de Cayón (Cantabría), en un ambiente comunitario y «respirando» otra forma diferente de ver la vida y de valorarnos a nosotros mismos y a los demás. Únicamente se pide a cambio disponibilidad para integrarse en la convivencia y el funcionamiento diario de la casa.
Esta invitación es tanto para personas como para familias y grupos pequeños. Si éstos son más numerosos, aunque son bienvenidos para compartir inquietudes, cuestionamientos y experiencias, sin embargo, no les podemos ofrecer alojamiento ni comida.