"LO QUE NO VALE PARA TODOS... REALMENTE VALE MUY POCO"
La experiencia nos dice que la sociedad actual, por lo menos en esta cultura occidental que nos ha tocado vivir, ha desplegado todos sus recursos para vaciar a los seres humanos de su propia IDENTIDAD, donde radica su autenticidad y su fuerza, y convertirlos en ovejas del rebaño, fácilmente manejables, o en recursos no válidos, sobrantes y desechables. De esta manera, el Dragón que, según la cultura tradicional china, constituía nuestra identidad personal ha pasado a convertirse en una ovejita mansa que juega y se disfraza de mil personajes, o en hombres garabatos que, según convenga, se pueden borrar con facilidad del mapa.
IDENTIDAD
OVEJITA MANSA
Si a esto añadimos el descrédito y la decadencia en que han caído las grandes religiones del pasado, todas ellas ya con fecha de caducidad inminente, por la carencia espiritual y testimonial de sus propios dirigentes o por la artificialidad con la que han organizado una construcción supuestamente divina, nos encontramos con muchísima gente que, con buenísimas intenciones, han resultado defraudadas, cuando no heridas y traumatizadas, por estas instituciones que deberían orientarnos y acompañarnos en la búsqueda de esa auténtica IDENTIDAD de que hemos hablado. En cambio se han limitado a quitarnos la sed, apagarnos el deseo de búsqueda e infantilizarnos en una sumisión gregaria y reaccionaria. Sólo una minoría, impulsados por el ESPIRITU y dóciles a El se salvan de este diagnóstico.
La consecuencia de esto es que muchas personas (no importa en esto la edad) que sinceramente, y probablemente por necesidad vital, buscan orientación para encontrar el sentido de su vida y su auténtica IDENTIDAD no saben a dónde dirigirse ni encuentran las personas adecuadas para satisfacer su necesidad.
Si a esto añadimos que tanto educadores como padres/madres y otras personas que están dedicando su vida a los demás (desde el voluntariado u otras actividades) sienten la necesidad de desarrollar su propia energía espiritual (en lenguaje coloquial: cargar las pilas) para hacer cada vez mejor su labor y no “quemarse” o agotarse y no siempre encuentran fácilmente cómo ni dónde ni con quién apoyarse… podemos comprender fácilmente la necesidad que intentamos atender desde nuestra escuela de espiritualidad que ya lleva muchos años funcionando.
Es importante señalar que la enseñanza que se ofrece no es simplemente teórica; sino que el trato personalizado y cercano en el que basamos nuestra pedagogía implica una confianza recíproca y respetuosa, confidencial, para aquellas cuestiones intimas que en nuestra interioridad se posan y a veces se confunden.
De todas formas, si antes de venir quieres saber cómo y por dónde enfocamos este tema, puedes leer: CULTIVEMOS LA ESPERANZA
CULTIVEMOS LA ESPERANZA
Gracias a tod@s los que, después de leer este libro, decidáis que merece la pena ensimismarse y ayudar a los demás para hacer juntos un mundo en el que tod@s quepamos dignamente.
Y gracias también a l@s que me habéis ayudado a llegar hasta aquí y a aquell@s que seguiremos como compañer@s de camino.
A tod@s ¡Buen camino!